Todos hemos sido programados para pensar que deberíamos erradicar los microbios para protegernos contra las infecciones y mantener nuestros hogares y entornos de trabajo seguros, limpios y estériles.
Sin embargo, no todos los microbios son malos. Un hecho científico sorprendente es que el cuerpo está compuesto por menos del 1% de ADN humano. El resto es una rica plétora de bacterias, hongos, virus y protozoos. Estos organismos coexisten pacíficamente en nuestro cuerpo y algunos de estos microbios incluso contribuyen a nuestra salud y bienestar. Los problemas solo suelen surgir cuando se altera el delicado equilibrio entre microbios beneficiosos y patógenos.
Los microbios proliferan en ambientes cálidos y húmedos, por lo que la boca, el intestino, los pulmones y los genitales proporcionan condiciones ideales para su vida. El uso de medicamentos, la mala nutrición, el estrés y la edad pueden desequilibrar la situación a favor de bacterias patógenas, hongos y otros microbios, lo que provoca inflamación y enfermedades.
La evidencia respalda los beneficios de los probióticos Como antídoto a este dilema, los probióticos trabajan en conjunto con los prebióticos. Por lo tanto, la fórmula probiótica multicepa ideal también debe contener prebióticos que aporten nutrientes para facilitar su asentamiento en el microbioma intestinal.
LA DIFERENCIA ENTRE PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS
La mayoría de las personas están familiarizadas con los probióticos, pero no siempre están seguras de su eficacia. La diferencia entre probióticos y prebióticos es bastante sencilla: uno es la bacteria y el otro es fibra soluble.
- Los probióticos introducen bacterias beneficiosas en el intestino, por lo que son una dosis de nutrientes beneficiosos. Algunos ejemplos son los lactobacilos y las bifidobacterias.
- Los prebióticos son tipos especiales de fibras vegetales que el cuerpo no puede digerir y que llegan al intestino, donde actúan como fuente de alimento para estimular el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas para la salud que ya viven en él. Algunos ejemplos son los FOS y la inulina.
ALIMENTOS QUE CONTIENEN PROBIÓTICOS Y PREBIÓTICOS
Hay varias maneras de incorporar probióticos y prebióticos a tu dieta diaria. Los alimentos fermentados naturalmente contienen probióticos, así que añadir yogur natural vivo, requesón natural, kimchi, kombucha, chucrut, miso, tempeh y kéfir a tu lista de compras es un buen punto de partida.
Los prebióticos se encuentran en alimentos ricos en fibra soluble, como espárragos, puerros, cebollas, ajo, achicoria, plátanos, cebada, avena, manzanas, semillas de lino, frijoles y lentejas. Incorpore porciones pequeñas al principio y aumente gradualmente para que su intestino se acostumbre a esta fuente adicional de fibra.
LOS BENEFICIOS DE LOS PROBIÓTICOS
Los probióticos ya no se recomiendan exclusivamente para la salud intestinal; muchos beneficios adicionales para la salud se pueden atribuir a las complejas actividades de las bacterias beneficiosas del intestino. Los beneficios de los probióticos. No se aplica sólo a síntomas intestinales como hinchazón y estreñimiento; ahora se ha demostrado que existen ventajas relacionadas con el peso corporal, la salud femenina, las respuestas inmunes y la función cerebral.
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