Cómo puede la vitamina C ayudar a combatir la neumonía
¿Tiene todo listo para afrontar el final del verano?
Ahora que la época estival ha llegado a su fin, el aire cálido se sustituye por aire frío y húmedo del otoño.
Este cambio, unido al hecho de que se reducen las horas de luz al día, es un signo indicativo para que el cuerpo ponga el sistema inmunitario en alerta y se prepare para evitar infecciones nasales, de garganta o pulmonares, ya sean bacterianas o víricas.
Es hora de protegerse
Si es una persona propensa a resfriarse, tener tos o padecer irritación de garganta en otoño e invierno, es el momento de reforzar sus defensas.
En primer lugar, lávese las manos con jabón antibacteriano para minimizar las probabilidades de contraer una infección por contacto con algo o alguien.
A continuación, cambie sus pañuelos de tela por pañuelos de papel y deséchelos tras su uso en lugar de almacenarlos en los bolsillos.
Un modo de poner en marcha el sistema inmunitario es incluir algún alimento picante en la dieta. La raíz fresca de jengibre se puede cortar en rodajas para añadir a tés de hierbas o agua caliente con limón, o se puede rallar y añadir a un revuelto, o bien un poco de curry junto con chili y ajo, todos ellos ingredientes que ayudarán a mejorar su sistema inmunológico.
Tomar un suplemento de vitamina C a diario también es una buena opción en otoño e invierno.
Pero, ¿cómo puede ayudar la vitamina C a nuestro cuerpo a combatir infecciones? La vitamina C tiene una acción antivírica que activa, refuerza y aumenta el número de células inmunitarias especializadas (fagocitos y linfocitos) que utiliza nuestro cuerpo para combatir las infecciones.
La acción de estas células inmunitarias ayuda a evitar que los virus se hagan más fuertes, de modo que podrá comenzar a ganar la batalla por recuperar su salud.
Cuidado con las infecciones pulmonares
Si no logra superar un catarro o una tos, estas pequeñas infecciones pueden extenderse por el pecho y causarle infecciones pulmonares más serias tales como bronquitis y neumonía.
Si hacemos una retrospectiva, la historia nos da una pista clara del mejor modo de ayudar a nuestro cuerpo a combatir una neumonía o infección pulmonar. A comienzos del siglo XX, un pediatra americano llamado Alfred Hess llevó a cabo un innovador estudio sobre el escorbuto, una afección cutánea causada por una grave deficiencia de vitamina C.
Hess detectó una relación directa entre el escorbuto y la neumonía, y su estudio alcanzó tanta fama que en 1930 la vitamina C ya se utilizaba como una opción de tratamiento para la neumonía y otras enfermedades pulmonares.
Ahora sabemos que durante una infección pulmonar las células de los pulmones se ven expuestas a un gran estrés oxidativo, lo que provoca un daño mayor en el tejido pulmonar. La vitamina C actúa como un potente antioxidante que disminuye el estrés oxidativo y favorece la recuperación de las células, al tiempo que ayuda a reforzar las células inmunológicas y a combatir de manera activa la infección.
Tomar la mejor vitamina C
Si lo que quiere es potenciar sus defensas para reducir las probabilidades de contraer una infección o combatir una infección que ya padezca, lo mejor es que opte por un suplemento de vitamina C.
A la hora de elegir una vitamina C es importante optar por una que se absorba adecuadamente, que actúe con rapidez y que sea capaz de llegar directamente a las células que sufren estrés.
Altrient C es un tipo de vitamina C liposomal, un formato que se considera más avanzado desde un punto de vista científico. Liposomal quiere decir que la vitamina C está ingeniosamente recubierta por una capa o burbuja de fosfolípidos.
Dado que todas nuestras células también contienen una capa exterior o membrana de fosfolípidos, ambas pueden unirse fácil y rápidamente, lo que facilita la absorción de la vitamina C, su paso al torrente sanguíneo y su suministro a las células que lo necesiten de una manera rápida y ágil.
¡Qué astuta es la ciencia!
Escrito por Susie Perry